jueves, 29 de abril de 2010

Si no quieres... perfecto...

Comenzó bajo la luna de un paraíso cercano

Pasamos de las sustancias, escogimos la realidad
Y creí que la escasez de caricias engrandecía un futuro a su lado
Tenía siempre la sonrisa puesta, usaba frases y callaba mi intención
Me hacia reír, lo hacia reír…
Pero los nervios son cosquillas que se esconden en la naranja partida…

Debí entender la despedida, la ausencia de una pena…
La frase conformista de dejárselo al destino… a la ciudad
Como quitándose la culpa de no intentar…
Si no lo vuelvo a ver… siempre nos quedará Paris!

La segunda primera vez que el destino lo hizo actuar…
La historia del abrazo eterno, símbolo y alfabeto de este amor…
El tiempo, el traicionero tiempo que sobraba a veces
Lo mejor de él en ese abrazo, en las nocturnas conexiones tan cerca, tan lejos
Confesando… colgando en sus manos
La noche, el veintitantos y el beso… ansiado beso…
Porque yo creía que la escasez de caricias era el respeto preferido
(No es que haya vivido o nacido, no es de épocas… son formas de pensar…)

Tenía en el pecho los dos colores que yo también celebraba…
Vestía siempre para la ocasión.
Caminaba con la certeza de una fuerza bendita… confirmaba mi fe
Le aturdía la ignorancia, la mentira y la bulla de la moda
A él como a mí, lo invadían las historias de los martes de acción y fantasía…
No cruzaba las barreras, adoraba que no hubiera edad en mi amistad…
Cuidaba su alma, su cuerpo, mi espíritu…
Procuraba no llorar y se permitía sentir aun más…

Y yo sentía que las caricias perdían el sentido, se perdían… sin sentido…
Y yo veía la perfección diluyéndose entre textos de buenos días, hoy no te veré!
Y ahora entiendo que la vida me regaló lo que tanto le pedía…

La perfección, el lento pero seguro, la madurez, los colores, las risas…
Yo quería arreglar las grietas en su alma, el no la pudo entregar…
El prefirió lo que yo alguna vez, la simplicidad de la libre soledad…
O quizá el “hasta pronto, amor” le dolió en el recuerdo…
Nunca podré saber, porque ya no hay ni esos pocos besos…
Porque no pudo querer como la historia merecia

Ahora… ya no se cómo lo quería
Queria tanto como decia... a mi o al nosotros...
lo que decia y lo que no hace se mezclan en su silencio
No hay daño sin castigo… No hay perfecto
y no hubo necesidad… la intención como cuando hay amor…
Aquí no hay culpables, no hay maldad, ni mas lagrimas…
No hay marcha atrás… (¿Verdad?) … No hay más que hablar…